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Chavín de Huantar

Joya arquitectónica preínca, este centro ceremonial, de más de tres mil años de antigüedad, es el más importante que dejó la cultura Chavín. En su tiempo, fue un gran oráculo al que llegaban peregrinos provenientes de diversas zonas de los Andes quienes rendían culto y mostraban sus ofrendas a los dioses. Ubicado a unas 3 horas de Huaraz, en el Callejón de los Conchucos, permite que el visitante pueda recorrer la laguna de Querococha, los bosques de Polylepis y descender nuevamente hasta los valles interandinos ubicados a las 3170 m. En el centro arqueológico, el visitante podrá conocer las cabezas clavas, las cuales son esculturas de piedra que representan cabezas humanas con ojos desorbitados, figuras de serpientes y colmillos. Estuvieron clavadas en la parte alta del muro exterior del Templo Nuevo. Algunos investigadores consideran que la función de estas piezas líticas era servir de guardianes del centro ceremonial. Actualmente, solo queda una en su posición original. El resto, unas cincuenta, se encuentra en pequeños depósitos dentro del complejo. Además visitara el El Lanzón Monolítico, piezas más conocidas de Chavín de Huántar es esta escultura en piedra que muestra a un ser antropomorfo con colmillos de felino, manos y pies con garras, y cabellos convertidos en serpientes. El lanzón tiene cuatro metros y medio de alto y está enclavado en la galería subterránea más profunda de las 14 existentes en el Templo Viejo. Finalmente, si el visitante lo desea puede quedarse a pernoctar en la ciudad de Chavín y hacer excursiones de avistamiento de aves en los alrededores o otras quebradas de alta diversidad como la de Carhuascancha.

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